jueves, 25 de enero de 2018

Al limite del placer

Sinopsis:  ¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar para conocer los límites de tu placer?
Para la autora de novela erótica Dylan Ivory, el control lo es todo; ella lleva una vida
organizada y segura, estable, sin riesgos. Hasta que se topa con Alec, un hombre que es todo lo
contrario a ella… pero que es todo lo que realmente querría ser.
Alec Walker es un escritor de thrillers psicológicos y un hombre que vive al límite. Las
motos, el snowboard, nadar entre tiburones, nada es demasiado arriesgado ni demasiado peligroso
para él. Y ese riesgo también se extiende a sus gustos en el dormitorio. Alec encuentra el placer en
la dominación y es en su club de BDSM donde da rienda suelta a sus deseos. Como labor de
investigación y documentación para su próxima novela, Dylan mantiene un encuentro con Alec y
este la invita a probar los placeres que se ocultan tras ese delicioso fruto prohibido que es el mundo
del BDSM. Alec quiere demostrarle que no hay placer más sublime que la sumisión y, con esa idea
en mente, la tienta a probar el placer infinito. Pero ¿sabrá él mantenerse firme ante la primera mujer
que es capaz de doblegarlo? ¿Será Dylan capaz de conquistar su corazón?



que es capaz de doblegarlo? ¿Será Dylan capaz de conquistar su corazón

Ficha Técnica
Título: El Límite del Placer
Título Original: Pleasure´s Edge
Saga: El Límite #1
Autora: Eve Berlin
Editorial: Terciopelo
ISBN: 9788415410324
N° de Páginas: 240

Opinion Personal
Este libro lo tenía pendiente desde hace cuatro años así que el otro año al fin lo leí, la temática del libro creo que ahora es bastante usada pero la historia fue más refrescante. Tal vez algunas personas no les gusta este tipo de libros por que les aburre las escenas de sexo, pero para mi lo que me gusto mucho del libro fue la psicología que las relaciones BDSM conllevan. Los personajes fueron normales pero al mismo tiempo fueron novedoso, un punto positivo fue que la historia no fue larga con el drama justo para que no te aburras al leerlo, Ya se que desde que salio Fifty Shades of grey caso todos los autores de romance erótico usan ese tema. Pero puede decir que  este libro es diferente en varios aspectos.

Análisis de Personajes
Dylan: Ella es alguien normal, tiene su carrera exitosa como escritora. Se esta arriesgando en su nuevo libro y por ese motivo conoce a Alec otro escritor pero también es practicante de BDSM. Al primer momento los se atraen, pero que pasa Dylan quiere solo investigar pero Alec quiere que ella experimente con el. Dylan huye de el pero al final acepta, con el paso de los días ellos desarrollan su relacion, pero ella tiene problemas de entregarse en cuerpo, alma y corazón. Creo que es aceptable por su infancia problemática pero el miedo que tiene para abrir su corazón no lo comparto. A veces me desesperaba pero por lo demas fue un personaje conocido pero ala vez diferente.



" —¿Dylan Ivory? ¿Escritora de novelas eróticas?
—Sí…
¿Pero qué le pasaba? ¿No podía formar una frase coherente?
—Soy Alec. ¿Entramos?
—¿Qué? Ah, sí, claro.
Cerró la puerta del coche y pulsó el botón de bloqueo. Trató de pasar por alto ese calor que
la invadía por dentro. De repente, el abrigo de lana se le antojó demasiado pesado, a pesar de la
humedad habitual de Seattle en otoño. Era demasiado consciente del hombre que andaba a su lado
mientras se aproximaban a la entrada del museo, de estilo art decó, flanqueada por sendos camellos
de piedra. Siempre le había gustado este edificio, así como las exposiciones que albergaba. Cuando
Alec le sugirió que se encontraran en la cafetería del museo, se quedó gratamente sorprendida.
Sentía debilidad por el arte, sobre todo por el asiático, y había visitado aquella colección en
incontables ocasiones.
Subieron por las escalinatas de piedra y Alec apoyó la mano en la parte baja de su espalda.
Le recorrió un escalofrío. Le miró y lo sorprendió con una sonrisa en los labios. Pero ambos
permanecieron callados mientras cruzaban la entrada y sus pasos resonaban en el suelo de mármol.
Luego subieron los escasos escalones que les separaban del Taste Café, que estaba en el patio
central del museo.
Se abrieron paso por la cafetería y Alec le señaló una de las mesitas que había bajo el techo
abovedado del atrio. Las estatuas de Buda, Vishnu y Kali rodeaban el patio. Dylan habría jurado
que alcanzaba a oler el antiguo aliento de piedra bajo el aroma del café y el té que perfumaba el
aire. Una luz difusa se filtraba por el cristal esmerilado de las ventanas del atrio, acentuada por los
apliques ambarinos de las paredes que despedían un sutil fulgor dorado. Era un lugar relajante
donde Dylan solía ir para tomar un té tranquila, aunque hoy estaba hecha un manojo de nervios.
¿Por qué estaba tan alterada? No era más que un hombre. Era una entrevista más.
Alec le ayudó a quitarse el abrigo y le apartó la silla. Unos modales clásicos. Algo muy poco
común en esta ciudad tan cosmopolita.
Se quitó la chaqueta de piel y la colgó en el respaldo de la silla con un gesto relajado y
seguro. Llevaba un jersey gris que le resaltaba la ancha espalda. El hombre era enorme; tenía la
constitución de un jugador profesional de fútbol americano. Tenía unos rasgos muy masculinos;
desde su mandíbula cuadrada hasta su cincelada barbilla, pasando por sus pómulos marcados. La
boca era lo único suave que había en él y suponía un gran contraste con el resto de su rostro. No se podía ser más guapo."

Alec: El como protagonista me intrigo mucho por sus problemas emocionales eran diferentes a los problemas de Dylan, creo que muchos sentidos eran diferentes pero al mismo tiempo eran iguales. Su carrera como escritor de misterio y thrillers le dado un sentido diferente de ver la vida, la relación de ellos  es muy complicada por las reticencias de dylan, sus problemas son mas fáciles en comparación a los de ella. Al principio del libro el creo que la vida que tiene es suficiente en muchos sentidos, pero cuando conoce a Dylan se da cuenta que le faltaba algo importante en su vida. 


"Dylan sería todo un reto; de eso se dio cuenta al instante. Pero le gustaban los desafíos; no
era eso lo que le tenía tan nervioso. No, era el hecho de que tenía que poseerla. Debía tenerla de tal
modo que le quemara la piel de solo tocar algo más que no fuera su mano. De eso no había duda.
Tenía que poner las manos en su piel desnuda. Tenía que atarla, sentir cómo se relajaban sus
músculos mientras se entregaba a él… Tenía que…
Eso no le gustaba nada. No le gustaba notarse tan compelido por el deseo que sentía por ella.
¿Cuándo fue la última vez que le sucedió algo parecido? ¿Le había pasado alguna vez?
Él no era de la clase de hombres que necesitan a nadie. O nada. Su padre le había enseñado
bien. La independencia era la clave. El conocimiento y las experiencias eran cosas importantes. Y
eran también el motivo por el cual se había pasado gran parte de su vida adulta buscando las
respuestas leyendo y viajando por el mundo. No obstante, aún no había encontrado nada
concluyente.
Pero tampoco necesitaba pensar en su padre ahora. Ese era un dolor que no se iba nunca.
Después de todos estos años, había remitido un poco, pero seguía presente como una herida que no
cicatrizaba.
Dio buena cuenta del whisky y se deleitó con la quemazón del alcohol mientras le bajaba
por la garganta. Pero nada parecía aliviarle. Volvió a llenarse la copa y se acercó a la ventana
panorámica que daba a la ciudad, que se expandía ante sus ojos.
Seattle estaba gris, como siempre, aunque había claros en el cielo vespertino y alcanzaba a
ver la silueta lejana de Bainbridge Island, más allá del estrecho de Puget. Le dio un sorbo al whisky,
pensando en las vistas.
Pensando en Dylan, joder.
Había algo en la manera en que se contenía y se controlaba con tanto afán. Sabía lo que
pasaba cuando una mujer como ella se soltaba. O la obligaban a soltarse.
Bueno, él nunca forzaría a una mujer. Vivía por un credo sano, cuerdo y consensuado, como
la mayoría de las personas que se movían por su círculo de clubes y grupos de BDSM. Sin embargo,
eso no cambiaba que, de poder llevar a Dylan al subespacio, si lograba que se abriese, que se
soltara, ella se viniera abajo. Se deshilacharía como un jersey.
No «si» lo lograba, «cuando» lo lograra.
¿Dónde estaba su confianza hoy?
Quizá se debía a que la deseaba con muchas ganas. Demasiadas.
Estaba medio excitado solo con pensar en ella y recordar esas sutiles pecas que moteaban
sus mejillas en una piel digna de la porcelana más exquisita. Esos ojos grises, como dos trozos de
cuarzo ahumado. En esos ojos brillantes e intensos se transparentaba también su inteligencia. Y esos
labios carnosos y carmesí eran como el mismo sexo.
Era de constitución delgada pero atlética, sin demasiadas curvas, como a él le gustaba.
Apreciaba la delicadeza de su clavícula, las muñecas, las manos."

Mis sensaciones
Con este libro fue al conocido pero diferente en varios aspectos, ahondan mas el BDSM como son las relaciones amorosas que llevan las personas que practican, la psicología que tiene en fin fue algo diferente porque el creo que te informan en más aspectos del BDSM, la historia no fue de lo mas extraordinaria pero fue algo que recomiendo que lean si les gusta los libros de romance eróticos. La manera de  escribir de la autora fue excelente, creo que si lees libros de romance erótico es un buen libro pero sin llegar a ser aburrido. 

  



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